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BRASAS PARA AROMATIZAR

Aceites Aromatizados II

La semana pasada compartimos con todos vosotros varias sugerencias para aromatizar aceites de oliva virgen extra y jugar así en la cocina con la amplia gama de sabores aportados por las hierbas aromáticas y demás condimentos. Esta semana, siguiendo con esta línea, os hacemos dos nuevas sugerencias para dar a vuestros platos un toque especial: los aceites ahumados.

El mundo de la cocina actual no deja de avanzar en lo que respecta a la creatividad y la innovación, sin embargo, se sigue teniendo muy en cuenta lo tradicional, las bases de la cocina. De hecho, muchas de las cocinas de vanguardia se fundamentan en la cocina de toda la vida y un claro ejemplo de esta búsqueda del sabor tradicional en la cocina actual, podemos encontrarlo en diversas fórmulas desarrolladas por los cocineros más inquietos para aportar a sus creaciones las notas ahumadas que tanto nos gustan y que nos recuerdan a los platos elaborados en cocinas de fuego directo: el aceite de brasas y el aceite de romero ahumado.

El sistema para preparar estos aceites es como el de otros aceites aromatizados, ya explicados en otras publicaciones y consiste en hacer una infusión: el método habitual para aportar aromas y sabores a los aceites y a otros líquidos

Para elaborar el aceite de romero ahumado debemos conseguir primero el ahumado del romero y que éste se pase al aceite de oliva virgen extra. Para ello, nada más fácil que quemar la hierba aromática y ponerla a macerar con el zumo de aceituna.

Lo dejaremos reposar unas diez horas y lo filtraremos con un colador muy fino. En caso de que el aceite de romero ahumado haya quedado demasiado fuerte, se puede rebajar añadiendo más aceite de oliva (el mismo); y si quedara demasiado suave, se puede volver a poner a macerar con más romero.

Para hacer este aceite de brasas simplemente hacen falta dos ingredientes: el aceite y el carbón. La proporción de cada elemento suele ser de unos 500 mililitros de aceite de oliva virgen extra y unos cinco o seis trozos de carbón, según su tamaño y la intensidad de sabor que se quiera conseguir.

Para empezar hay que prender el carbón, y una vez que se haya quemado y convertido en brasa, se debe introducir en el aceite de oliva virgen extra que estará en un recipiente que se pueda tapar, dejándolo reposar durante, al menos, doce horas.

Por último pasamos el aceite por una estameña o un colador de tela bien tupido para que pase sin ningún resto de carbón.

Tanto el aceite de brasas como el de romero ahumado se pueden utilizar para aderezar en crudo, pero también se puede usar para cocinar. Seguro que encontraréis muchas formas de sacar rendimiento y disfrutaréis de este nuevo condimento casero que aportará el sabor de las brasas a vuestros platos.

Hay que decir que estas infusiones se pueden hacer con distintos tipos de aceite, pero todos sabemos que el aceite de oliva virgen extra es la mejor opción porque es el aceite de más calidad organoléptica y nutricional. Además, te animamos a experimentar con las distintas variedades de aceituna con la que se elabora el AOVE Somontano para elegir el que más interese y profundizar en los aromas y sabores que quieras  aportar a tus platos ya sean verduras, pescados, carnes, etc.

¡Ah, y no olvides conservar tus aceites bien cerrados y alejados de luz!

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